Cómo mejorar la digestión en Navidad

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La Navidad es esa época del año en la que volvemos a reunirnos…. Y también comemos más de la cuenta. Mesa llena, recetas que solo aparecen una vez al año, postres imposibles de rechazar… Todo genial hasta que llega el temido momento: pesadez, hinchazón, gases, acidez y digestiones eternas.

Si cada diciembre te sientes como si llevaras una piedra en el estómago, te entendemos. Y no, no está “mal” disfrutar. La clave no es prohibirte nada, sino aprender a comer.

 

¿Por qué en Navidad digerimos peor los alimentos?

Antes de darte unos consejos, te contamos algo que quizá te haga sentir mejor: no es solo “todo lo que comiste”, son varios factores juntos.

  • Comemos más cantidad que en un día normal.
  • Mezclamos alimentos muy grasos, muy dulces, con exceso de sal… 
  • El alcohol ralentiza la digestión y favorece la deshidratación.
  • Cambiamos horarios, dormimos diferente y nos movemos menos.

¿Resultado? Hinchazón, gases y estómago sobrecargado.

 

Consejos de nuestra colaboradora Reme Navarro, nutricionista y farmacéutica:

 

1. Llega a la cena sin mucha hambre

Cuando llegas con hambre atrasada, comes más rápido, más cantidad y tomas peores decisiones. Tu estómago sufre el doble.

Mejor opción: haz comidas ligeras, ricas en proteína y fibra antes del evento.

Ejemplos:

  • Desayuno: yogur griego + frutos rojos 
  • Comida: crema de verduras + pollo + una fruta.
  • Merienda antes de la cena: una manzana + un puñado de nueces / yogur + avena.

 

2. Empieza tu plato por las verduras

Este consejo es simple, pero muy efectivo para la digestión.

Las verduras aportan fibra, agua y volumen. Además, ayudan a mejorar el tránsito intestinal, menor hinchazón y a controlar la cantidad total que comes.

Tips: empieza comiendo 2-3 bocados de verdura antes del plato principal. Tu estómago te lo agradecerá más tarde.

 

3. Mastica lento (mucho más lento de lo que crees)

La digestión no empieza en el estómago; empieza en la boca. En Navidad solemos comer rápido porque estamos hablando, riendo y disfrutando. Es normal.

El problema es que al tragar comida poco masticada, tu estómago trabaja el doble, la digestión se hace más pesada, y aparecen gases y molestias.

Mastica cada bocado más tiempo del habitual. No te digo que cuentes, solo baja el ritmo. 

 

4. Equilibra el plato sin obsesionarte

Navidad no es época para contar calorías ni pesar comida. Pero sí puedes aplicar una técnica fácil:

Regla del equilibrio visual:

  • ½ plato: verduras
  • ¼ plato: proteína
  • ¼ plato: carbohidratos o guarnición

 

Si el menú es muy pesado, compensa así:

  • Si comes entrantes muy grasos → elige un principal más ligero.
  • Si el principal es contundente → baja un poco en postres.
  • Si vas a beber alcohol → evita repetir platos muy salados (retienen líquidos).

 

5. Evita mezclar demasiado alcohol (y acompañarlo bien)

El alcohol no solo suma calorías: también ralentiza la digestión y deshidrata, lo que aumenta la sensación de pesadez.

El consejo es que alternes una copa con un vaso de agua. Evita mezclar varios tipos de alcohol en la misma noche, y si vas a tomar vino o cava, evita cocktails azucarados.

La hidratación puede reducir hinchazón, acidez y digestiones pesadas hasta un 40%.

 

6. Dale un respiro al estómago entre platos

En Navidad solemos comer en modo “cadena”: entrante → entrante → principal → postre. Sin pausa. Pero el estómago tiene un límite.

Haz pequeñas pausas de 5-10 minutos entre platos. Puedes aprovechar para beber agua, moverte un poco, levantarte a por algo. Esa pausa permite que la comida avance y que el estómago no se sature.

 

7. Incluye alimentos que ayudan a la digestión

  • Jengibre: reduce inflamación y náuseas.
  • Piña: contiene bromelina, enzima digestiva.
  • Kiwi: ayuda al tránsito intestinal.
  • Menta: alivia gases.
  • Limón: facilita la digestión de grasas.
  • Manzana: fibra suave que calma el estómago.

 

8. No te quedes sentado después de comer

El error más común de Navidad: terminar de comer/cenar y pasar 3 horas sentados o echarte la siesta. Esto es lo peor para la digestión.

No necesitas irte a entrenar ni salir a correr. Prueba algo tan simple como: caminar 10-15 minutos, recoger platos, sacar la basura (el mejor truco anti-hinchazón). Cualquier movimiento activa la digestión y disminuye gases.

 

9. Ojo con las porciones

No necesitas rechazar comida ni decir que no a todo. Solo porciones un poco más pequeñas.

Llena el plato una vez. Si quieres repetir, espera 10 minutos.

 

10. Aprende a decir “no” sin sentirte mal

La presión social en Navidad es real. Abuelas insistiendo, tíos ofreciendo más comida… Pero recuerda algo: comer más no te hace más educado ni terminar un postre no es una ofensa.

La Navidad no está hecha para sufrir ni para contar calorías. Se trata de disfrutar sin terminar cada comida sintiendo que llevas tres kilos de más dentro.

La clave es el equilibrio: comer con calma, hacer varias comidas al día, moverte un poco, elegir bien…  Si aplicas aunque sea 3 o 4 de estos consejos, tus digestiones navideñas serán mucho más ligeras.

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